6 sept 2009

Casos simbolicos que han ayudado a entender más a fondo el problema de los huerfanos de las deportaciones

El caso de Dulce María
Dulce María es jovencita una nacida el 22 de julio del 2005 en Perry Riversay, Estados Unidos, su madre es una salvadoreña indocumentada, quien a los dos años de haber nacido Dulce María, fue deportada. Fue así como Dulce María quedó huérfana, recién a sus dos años de edad, fue enviada a un centro de California. Gracias a la ayuda de Oswaldo Cabrera y a su madrina Lic Vivian Panting a través del programa “Adopta un Inmigrante”, Dulce María el la abanderada de 5 millones de niños que sufren a causa de las deportaciones de sus padres, además gracias a su entusiasmo logra ser la cara visible en la portada del libro Los niños Estadounidenses y el Derecho a la Autodefensa, el cual da a conocer los derechos de los inmigrantes legales e ilegales, con el objetivo de no permitir el abuso y cómo poder apelar al juez, quien es el que determina finalmente si serán deportados o no, además de exponer los trabajos desarrollados por la Coalición Latinoamericana Internacional, en defensa del inmigrante, especialmente de los niños, y así llevar la denuncia a las Naciones Unidas.
Es así como esta niña es la cara visible de la campaña “Adopta un Inmigrante”
Mi nombre es Dulce María, yo creo en la unidad y los derechos humanos. Juntos conquistaremos la reforma migratoria.

Caso Arellano
Saúl Arellano es uno de los miles de niños conocidos como “huérfanos de las deportaciones”. Su madre, Elvira Arellano, inmigrante ilegal de origen mexicano fue deportada el 20 de agosto de 2007 por haber falsificado documentación en Estados Unidos, tras pasar más de un año refugiada en una iglesia santuario de Chicago luchando por los derechos de los indocumentados, Elvira dijo que permanecería allí pese a que una jueza federal desestimó una demanda presentada a su nombre. La demanda contra el gobierno de Estados Unidos alegaba que la deportación de Elvira Arellano, significaría también la deportación de su hijo Saúl, un ciudadano estadounidense de siete años en esa fecha, un hecho que violaría los derechos del menor.
El 29 de agosto de 2007, Elvira Arellano solicitó a Felipe Calderón (presidente de México) un visado especial para reunirse con su hijo, y; abogó por las otras 600.000 madres que se encuentran en iguales circunstancias, así como por los 12 millones de inmigrantes mexicanos que se encuentran en la clandestinidad.